- Nadie es una isla, completo en sí mismo; cada hombre es un pedazo de continente, una parte de la tierra.; si el mar se lleva una porción de tierra, toda Europa queda disminuida, como si fuera un promontorio, o la casa de uno de tus amigos, o la tuya propia. La muerte de cualquier hombre me disminuye porque estoy ligado a la humanidad; por consiguiente nunca hagas preguntar por quién doblan las campanas: doblan por ti.
- John Donne, Devotions Upon Emergent Occasions
martes, 20 de noviembre de 2012
Por quién doblan las campanas
jueves, 1 de noviembre de 2012
2 de Noviembre
Para el habitante de Nueva York, Paris o Londres, la muerte
es palabra que jamás se pronuncia porque quema los labios. El mexicano, en
cambio, la frecuenta, la burla, la acaricia, duerme con ella, la festeja, es
uno de sus juguetes favoritos y su amor más permanente. Cierto, en su actitud
hay quizá tanto miedo como en la de los otros; mas al menos no se esconde ni la
esconde; la contempla cara a cara con paciencia, desdén o ironía.
“El laberinto de la soledad”, Octavio Paz.
Suscribirse a:
Entradas (Atom)