domingo, 6 de febrero de 2011

LA SANGRE ERGUIDA: un rapidín disfrutable o la reivindicación del sexo.

“Se puede lograr un buen polvo manteniendo la conciencia alerta y los pies en la tierra, como un escritor con oficio puede crear una buena página por encargo, pero los polvos inolvidables, los grandes poemas de la sangre erguida son hallazgos milagrosos del instinto, pasaportes a la gloria que la inspiración o la fe descubren por accidente.”
Enrique Serna La Sangre Erguida

Aunque se le ha calificado como un “rapidín mañanero muy disfrutable”, La Sangre Erguida de Enrique Serna es una reflexión sobre la conexión entre el sexo y el amor; una filosa crítica al poder que se la ha dado al pene y al desempeño sexual en nuestra sociedad.
Con una prosa precisa y un manejo magistral del conflicto, Serna hace avanzar el relato manejando con oficio el arte del suspenso. Instigando la curiosidad del lector y arrancándole una que otra carcajada lo va enganchando en cada capítulo, para justo antes de llegar al clímax, soltarlo y empezar otra historia.

Declarado un autor irreverente al que poco le importan las citas pretenciosas o las referencias cultas se divierte haciendo copular al hablar áspero y crudo de los catalanes con la fuerza expresiva de los argentinos. En esta promiscuidad de lenguajes que le da vida a su narración logra que cada personaje se exprese en su jerga utilizando los regionalismos para enriquecer la novela.

El relato se desarrolla en tres planos narrativos con tres cuarentones que coinciden en diferentes momentos de la novela: Bulmaro Díaz, un mexicano manipulado por una soberbia dominicana y dominado por el apetito voraz de su pene; Juan Luis Kerlow, pornostar argentino que controla sus erecciones con el poder de su mente; y Ferrán Miralles, español donjuanesco e impotente que descubre el Viagra.

“Reflexioné mucho sobre la pornografía no condenándola en nombre de la moralidad sino en nombre del placer, pues el deseo frustrado es un mal que puede tener consecuencias funestas…”

En su obra el autor no intenta contar una historia ligera, sino que propone recuperar el misticismo de la entrega amorosa, para no ser víctima de esta sociedad iberoamericana tan falocéntrica que exacerba deseos que la mayoría de las veces no se pueden satisfacer.

Galardonada con el Premio de Narrativa Antonin Artaud 2010, por su erotismo y sentido del humor La Sangre Erguida se lee rápido y con la sonrisa en la boca pero al final nos queda una experiencia excepcional y una síntesis ejemplar de la obra del autor.

Mariel Turrent Eggleton
Revista Nectar Enero 2011