sábado, 6 de noviembre de 2010

MADAME BOVARY

Tras dieciséis meses de trabajo y tres años de documentación, Gustave Flaubert termina la primera versión de su obra “La Tentación de San Antonio”. Su madre hace algunos meses le autorizó acompañar a Maxime du Camp a un largo viaje a Oriente, pero Gustave lo ha estado posponiendo, porque quiere que sea la recompensa al esfuerzo realizado en esta obra.
Es septiembre, 1849, el escritor ha reunido en su casa de Croisste a du Camp y Louis Bouilhet, su entrañable amigo. Llevan tres días seguidos escuchando sin descanso a Flaubert que lee y actúa, nervioso y entusiasmado su obra. Espera una opinión favorable que desafortunadamente no recibirá. Pero de ahí precisamente, de esta terrible decepción, nacerá una semilla que Bouilhet sembrará en su amigo, idea que crecerá para convertirse en su obra maestra: Madame Bovary.


Gustave Flaubert

El 12 de diciembre de 1821 nació Gustave Flaubert en l´Hotel-Dieu de Ruán, ciudad de Francia donde su padre era cirujano-jefe. Aunque su hogar fue siempre un remanso calido y alegre, había que evadir constantemente el ambiente gris que lo rodeaba y que sería inmanente a su obra.

Entre gritos de dolor, médicos y enfermeras, imagino a un niño jugando. ¿Cómo percibe el mundo ese niño que vive a la sombra de un hospital, parodiando a los médicos, a las enfermeras, a los que sufren, lloran y mueren?

“El anfiteatro de l'Hôtel-Dieu daba a nuestro jardín. Cuántas veces, con mi hermana no saltamos la celosía, y suspendidos entre las viñas vimos curiosos los cadáveres extendidos ¡el sol daba debajo; las mismas moscas que volaban sobre nosotros y sobre las flores iban volando allá y regresaban zumbando! Todavía veo a mi padre levantando la cabeza de su disección y diciéndonos que nos fuéramos. “

Desde niño, Gustave empieza a sentir una fascinación por el mal, el sufrimiento y lo horrible, desarrollando la capacidad de transformar todo esto en una farsa. A los once años entra al colegio de Ruán: “Fue un tiempo de aburrimiento inconcebible y una tristeza bestial mezclada con espasmos de payasadas“,1 Para divertirse con su cómplice y compañero de escuela Alfred Poittevin, inventa un personaje al que bautiza con el nombre genérico “le Garçon”, una especie de Pantagruel, al que le atribuye las actitudes más cínicas, para reírse de todo aquello que sucedía a su alrededor.



Las mujeres

Su vida sexual se vio limitada por sus relaciones intermitentes y la sustitución que hizo de las mujeres por la literatura como foco de deseo y fuete de placer. Escribir era para Flaubert una “orgía perpetua” . Sin embargo las mujeres en la vida de Flaubert fueron detonantes de su obra. Sus personajes femeninos, armados como un rompecabezas, mezclando fragmentos de aquellas a las que amó, adquieren gran fuerza marcando su estilo literario.

A los 15 años Flaubert caminando por la playa de Trouville, encuentra una figura que lo enloquece. Ante la aparición de una mujer en traje de baño queda para siempre deslumbrado. El encuentro con Elisa Schlesinger (de 26 años y casada) que relata en Mémoires d’un fou, sería 20 años después (1869) una imagen inolvidable de la cual nacería Marie Arnoux en su novela La Educación Sentimental, un relato basado en los recuerdos personales de esa pasión adolescente desenfrenada.

Emma Bovary es un híbrido de por lo menos dos mujeres de las que estuvo enamorado: Eulalie Delanglade y Louise Colet .

En un viaje a Córcega (1840 ), conoce una mujer de 35 años, que regresaba de Sudamérica, con la que inicia una relación intermitente y extraña que se repetirá cada vez que el escritor deba cruzar por Marsella. Aunque se sabe poco de esta misteriosa dama, Eulalie Delanglade (Mme Foucaud), al parecer inspira otros episodios amorosos narrados en "Souvenirs, notes et pensées intimes" y en "Novembre”:

1846 fue un año clave en la vida del escritor. Muere su padre, se casa su gran amigo Poittevin y aparecen dos mujeres importantes en su vida: Carolina, su sobrina que queda bajo su amparo tras la muerte de su hermana; y la escritora Louise Colet, con quien empieza a entrelazar su vida en una especie de laberinto que durante 10 años estará alimentado de drama, lagrimas y mensajes de amor, rupturas, reconciliaciones y tempestades.

La importancia de Louise Colet es radical ya que su relación transcurrió durante la creación de Madame Bovary. Gracias a la intensa correspondencia que mantenían (de dos a cuatro cartas semanales) se tiene un registro escrupuloso de ésta: el escritor fue detallando ahí, de manera espontánea; la teoría literaria de su siglo.


El Escritor

Un grave ataque de epilepsia, resultó ser el pretexto perfecto para que a sus 23 años, Flaubert abandonara sus estudios de derecho (impuestos por su familia) y se dedicara de lleno a la literatura.

Si bien Flaubert no continuó la profesión de su padre ejerciendo como médico, sí desarrolló la minuciosidad y la perfección, del cirujano. Su método de análisis escrupuloso y la precisión con que hace uso del lenguaje en todas sus descripciones, son un claro ejemplo de ello. En todas sus obras existe un formidable trabajo de preparación; para obras como Bovard et Pécuchet y Salammbô devoró más de mil quinientas obras.
Su admiración por Gautier lo hizo creer en la perfección de la forma y en el valor absoluto del arte:” l’art pour l’art”. Hora tras hora, Flaubert trabajaba en el ritmo, o la música de una oración buscando siempre “le mot juste” ( en una larga jornada de trabajo escribía a veces una sola frase o media página definitiva).
Flaubert vivía a través de las letras, y el registro detallado de sus pasiones, inquietudes, filosofía, técnica, y mucho más, se encuentra plasmado en su Correspondance, un intercambio epistolar que mantuvo con amantes, amigos y escritores de la talla de Víctor Hugo a lo largo de su vida (reunido en 13 volúmenes en la edición Conard).
Además de Madame Bovary, Salammbó, L’Education Sentimental, La Tentation de Saint Antoine y su novela inconclusa Bouvard et Pécuchet, escribió varios cuentos cortos donde reveló su maestría y gran dominio del género.


Emma

Emma es la precursora del feminismo: una mujer paradójicamente femenina, delicada, sensible aunque rebelde, decidida e inquieta. Esta burguesa normanda, aficionada a leer novelas románticas, se casa con un médico mediocre que no logra llenar sus expectativas. “…y ahora no podía imaginar que aquella calma en que vivía fuera la felicidad que había soñado” .
Aquel sueño de amor y pasión, aplastado por una realidad metódica y aburrida que literalmente la enfermó, la convierte en un quijote infatigable que busca (tal vez en el camino equivocado) su ideal. Un baile abre una brecha en la vida de Emma. “ En el frote con la riqueza, se le pega algo que ya jamás se borraría”. Eternamente insatisfecha, trata de llenar su vacío con amantes y cosas materiales que vertiginosamente la arrastran al abismo del suicidio. Sin embargo, Emma es una mujer ordinaria que va en contra del convencionalismo sórdido de la sociedad de su tiempo. El destino le ha dictado sentencia, condenándola a ser la esposa de un médico mediocre, pero ella es resuelta, pasea con un cigarrillo en la boca, y con un chaleco ajustado como el que llevan los hombres. Madame Bovary es la feminista trágica porque su lucha es individual, más intuitiva que lógica, contradictoria porque busca lo que rechaza, y está condenada al fracaso .
Un siglo después, la tragedia de Emma continuaría vigente. Las mujeres lucharían tal como lo hizo ella por su libertad. Una libertad que aun en nuestros días sigue siendo boicoteada con fantasías, de princesas y príncipes valientes, por modelos de belleza, lujosos y confort que son espejismos. Los mismos espejismos que Madame Bovary quería alcanzar, desesperada y apasionadamente, mientras sedienta cruzaba su propio desierto. Aun hoy la historia de Emma es actual, y seguramente que hay miles de Emmas caminando por la calles.




Madame Bovary

Punto de encuentro entre el romanticismo y el naturalismo-realismo, ejerció una notable influencia en la novelística del S XX. Sin duda Madame Bovary es una de las obras más singulares de su tiempo. En ella describe el anhelo por vivir, la búsqueda, y todos los detalles que podrían encasillarla dentro de la corriente naturalista-realista. Sin embargo, Flaubert se negó a ser asimilado dentro de estas corrientes estéticas que lo rodeaban y a diferencia de ellos, afirmaba que la forma literaria es tan importante como el fondo de ésta; la forma puede tener una fuerza propia, capaz de tocar una realidad más profunda que la descrita por los realistas. Lo cierto es que en Madame Bovary se ve por primera vez en la literatura, una narración desde varios puntos de vista simultáneos: la voz que cuenta la historia, el narrador omnisciente, se convierte casi en el personaje que se habla a sí mismo y vuelve a cambiar a la tercera persona de forma casi imperceptible. Proust dice en su artículo de la Nouvelle Revue Française: “He quedado estupefacto, lo confieso, al ver que se le trata de poco dotado para escribir, a un hombre que por el uso de enteramente nuevo y personal que hizo del pasado definido, del pasado indefinido, del gerundio; de ciertos pronombres y ciertas preposiciones, ha renovado casi tanto nuestra visión de las cosas, como Kant, con sus categorías las teorías del conocimiento y de la realidad del mundo exterior”.

Tras la decepción de la primera versión de su obra “La Tentación de San Antonio” Louis Bouilhet y Du Camp aconsejan al escritor olvidarse de esos temas difusos y vagos que no logra dominar y buscar un asunto más superficial. Bouillhet sugiere la historia de un curioso médico discípulo de su padre. Flaubert le toma la palabra y basándose en ese hecho real, recrea la historia de una pequeño-burguesa de provincia casada con un médico rural, cuyos sueños de amor romántico alimentados por las novelas que leía, resultan insatisfechos y la llevan al adulterio. Se podría decir que Madame Bovary se convertiría en un Quijote femenino, un personaje que al enfrentar su realidad pierde la razón y decide ir en busca de sus sueños.

“Madame Bovary no tiene nada verídico. Es una historia totalmente inventada; ahí no tengo nada ni de mis sentimientos ni de mi existencia.” escribe Flaubert a Mlle Leroyer de Chantepie en marzo 1857, “El artista debe ser en su obra como Dios en la creación, invisible y todo poderoso; que le sintamos por todos lados pero que no podamos verlo. “


“Nous ètions á l’ètude, quand le Proviseur entra, suivi d’un nouveau habillé en burgeois et d’un garçone de classe qui portait un grand pupitre... ”. Así comienza Flaubert a narrar la historia de Emma, y a medida que nos adentramos en la narración, van surgiendo de los acontecimientos, la emoción, la ironía, la pasión y la tristeza. Precursor del la técnica del monólogo interior, como un experto cirujano del alma, va abriendo con su pluma una a una las capas superficiales hasta llegar a lo más profundo de la mente y el espíritu humano, utilizando siempre la palabra precisa, sintetizando el pensamiento con gran sonoridad y belleza para que su prosa tuviera la fuerza sugestiva de la poesía.

Los personajes que rodean a Madame Bovary son seres sin luz, rudos, atados a sus costumbres, a su rutina, sin deseos, ni esperanza de otra posibilidad, sumergidos en una mediocridad y en un ambiente de tonos obscuros, impregnado de lluvia y frío, paisajes rurales monótonos plagados de grises.

Desde el Siglo XII la feminidad iba de la mano de la castidad, de la pasividad, la obediencia y culminaba en la maternidad. El amor era imposible, la sensualidad inmoral y la pasión obscura e irracional. Pero el cambio surge a mediados del siglo XVIII, las mujeres de la aristocracia se entregan al placer. Emma, es la mujer que toma conciencia de su feminidad, del amor, la pasión y el sentimiento por encima de la razón. Un personaje que sufre y se ahoga en lo que parece un matrimonio feliz.
Charles Bovary (inspirado en Delamare, oficial de salud, antiguo discípulo del padre de Flaubert), es el antagonista, personifica la realidad y la razón, para contraponerse al sentimiento y los sueños.
Al transcurrir la novela, la nobleza sucumbe, arrastrando todo a su paso ante la circunstancia cruel de la vida y la cualidad rastrera de quien se impone como el héroe.


Terminada en 1856 fue publicada en 1857 por entregas, primero en la Revue de Paris y meses más tarde en El Novelista de Ruán, provocando un escándalo que la llevó a ser censurada, mutilada y finalmente objeto de un proceso judicial por faltas a la moral, a cargo del procurador Pinard (quien participó también en el proceso contra Baudelaire). Gracias a esto Madame Bovary tuvo un éxito inmediato.

“Usted se detiene en detalles, cuando es el conjunto lo que hay que atacar. El elemento brutal está en el fondo y no en la superficie. No se blanquea a los negros y no se cambia la médula de un libro. Puede empobrecérsele, eso es todo”. Escribió Flaubert a Ernest Pinard defendiendo su obra.

“Mi obra ha adquirido para mí mismo algo así como una autoridad imprevista” , le escribió Flaubert a Marie-Antoine-Jules Sénard, el 12 de abril de 1857, Sénard había ganado la defensa contra Pinard ante los tribunales el 31 de enero del mismo año, logrando su exoneración y la publicación completa de la obra.

Mariel Turrent Eggleton
REVISTA ALGARABIA #62